jueves, 9 de febrero de 2012

Los cuentos del Sr.Lee

 Cierto día de invierno aquel monje salió a cumplir con sus votos de bodhisattva, ese voto que dice: 
"...Que pueda yo llegar rápidamente al estado de Buda completamente iluminado para beneficiar a todos los seres"... Cuando a lo lejos divisó un bulto envuelto en trapos.
                           Caminó hacía el lugar y envuelta distinguió a una mujer a merced de la inclemencia.
Su corazón sabía lo que tenía que hacer, y lo hizo. Sacó el cuenco de su alforja y acercándose a ella le habló.
-Buena mujer_ ¿Podrías darme de comer?. Hace frío, ya visité 6 casas y no conseguí nada para llevarme a la boca.
...La mujer miró hacia atrás, a un lado y al otro.- Pensaba que no se dirigía a Ella- Pero no había nadie, y entonces respondió. Monje, estás loco, Yo no tengo nada. Y hace 30 años que estoy viviendo de la limosna. Tu, !Dame algo de comer! 
Pero el monje insistió, Busca, estoy seguro de que hay algo que me puedes dar. - Era una situación extraña- Jamás nadie le había pedido algo, siempre era ella la que pedía.
Buscó entre los trapos y encontró el cuenco sucio de barro. !esto es todo lo que tengo!. El monje miró y advirtió que al fondo había un arroz. El bol hedía, pero el monje hizo la reverencia y se llevó el arroz a la boca. 
Entonces, la mujer se iluminó.  !La causa de Mi pobreza es no haber conocido la palabra Dar!.   

2 comentarios:

  1. Ojalá pudieramos hacer una recopilación de varios cuentos del Sr. Lee.

    Por ejemplo ayer el Sr. Lee me enseñó algo nuevo. Habíamos leído un cuento muy corto ... tan corto que me dije: "Es ridículo y ni me dice nada". Mi ignorancia me puso de nuevo en esa horrible posición de no estar listo. De apurarme. De no haber entendido nada.

    Cuando terminamos de leer en voz alta esa carilla y media, fue tal la cantidad de maravillas que brotaron como comentarios del Maestro a esas pocas líneas (que me significaron casi nada unos minutos atrás) que me quedé congelado por mi vulgaridad. El cuento mismo contenía lo que me estaba pasando a mi en ese momento. Como si yo fuera una Matroshka metido dentro de otra más grande. Mi ignorancia estaba abarcada y descripta allí por completo. Había tanto entre los espacios de las palabras y entre las líneas que no alcanzaba el tiempo.

    Fue una de las más geniales exposiciones del maestro con Simón a su lado, que era su traductor en esa oportunidad. Simón puso su corazón y su verbo tan fuertemente que nos golpeó. Fue algo así como cuando los músicos de jazz improvisan en una noche de gloria ... y el mensaje llega "como trompada".

    El tema subyacente ( por supuesto ) era el Wu Wei. La acción sin intención. Sin dejar huella ni marca. Si uno pudiera tan sólo practicar **esto*** apenas un par de veces, habría encendido una luz en el camino del Tao. A esta enseñanza maravillosa del Sr. Lee la hubiera yo titulado "Entre la dicha y la deuda". Fue la explicación entre la relación entre ambas cosas cuando se camina en medio del Karma, causa y efecto.

    El Sr. Lee como todo Maestro, actúa por presencia. Es la virtud la que demuele y produce cambios en los discípulos. Más allá de coincidir o no.

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  2. Ahhh ... todo esto me vino luego de leer el post del Feng Shui de las palabras. Ayer hubo fiesta del Feng Shui de las palabras bien temperadas.

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