lunes, 30 de diciembre de 2013

El urgente arte de la protesta

La ola de calor es  extraordinaria y el malestar una epidemia social; piquetes, basura y fuego por toda la ciudad provocan caos en el tránsito, basura, y contagio de pesares. ¿Es legítima la protesta?
Si por supuesto, es legítima.
Pero en qué momento la protesta legítima se vuelve en contra, ¿cuál es ese punto que nos coloca  a los vecinos de una misma ciudad como enemigos de nosotros mismos?
Antes de contestar quisiera repasar las motivaciones que en general promueven las protestas, menciono algunas: 1) Un gran descontento que se expresa como descarga emocional 2) El deseo de que alguna situación cambie y mejore, 3) La necesidad de expresar un punto de vista que refleje un estado de conciencia respecto de algún tema. 4)  La Inclusión de la protesta en una estrategia que apunte a una disputa de poder político Y/o ideológico.  5)  y el propósito de Instalar en la conciencia humana un faro que proyecte ideales de futuro, como por ejemplo: “Por la abolición de la esclavitud animal”.  Propongo repasar dichos motivos, porque a la hora de participar  es importante esclarecer qué es lo que la protesta pretende, y en qué medida uno comparte la motivación explícita o implícita de cada convocatoria en particular.  Es cierto que no siempre los motivos suelen ser coincidentes, pero al menos debiera haber una intención apuntando hacia un lugar de acuerdos y coincidencias dentro de una corriente afín.  Repaso las motivaciones.
a) Expresar un descontento social es quizá la forma más usual de protesta. Se presenta como un hecho espontáneo y su rasgo principal es la enorme emotividad que la promueve. Su propia composición energética hace de este tipo de protestas un acontecimiento volátil e inflamable, un estallido que agota su propio combustible en el acto mismo de protestar.  Irrumpen con una demanda básica y concreta, pero en su fondo emocional subyace un estado de desintegración que busca consumirse. Se trata de una utopía negativa, en el sentido de que expresa el derrumbe de una situación en su fase de declinación y deterioro. La estética que mejor representa tales protestas son por ejemplo, la violencia caótica, el fuego, la basura y la destrucción indiscriminada de elementos que en una situación normal serían valorados y respetados por los mismos destructores.
b) Desear que alguna situación cambie y mejore es un estadio más complejo de la protesta porque conlleva  a un nivel de formulación que implica compromiso para llevar adelante una  propuesta. Supone como mínimo un diagnóstico de aquello que queremos que cambie en base a un deseo de mejora, un deseo de bien que inspira no una acción sino un conjunto de acciones tendientes hacia dicho objetivo. Por lo que técnicamente no se trata de una protesta a secas sino de un proyecto que engloba aspiraciones a realizar en un futuro próximo o lejano. Por Ej. Una protesta en contra de la minería a cielo abierto, O un plan de lucha por una reforma laboral, que contemple condiciones evolutivamente mejores para el trabajador en su conjunto.
Su estética es la de una lucha orgánica sostenida en varios frentes; movilizaciones, corte de rutas, radio abiertas, paros, negociación y leyes. Podría decirse que se trata de un tipo de lucha organizada para un largo tiempo, que se plantea como un plan de metas y objetivos.     
c) Expresar un punto de vista y un estado de conciencia con relación a algún tema es un tipo de protesta que se establece en el mundo conceptual. Una batalla, si es que puede utilizarse este término, para describir un tipo de acción o acciones cuyo principal sentido se debate en el plano de las ideas y las convicciones. Por ejemplo, el aborto, legalización de la marihuana, fertilidad asistida, eutanasia etc.  Siendo la característica de tales protestas una performance de la ética de los límites a los que la humanidad haya llegado en el plano de los valores y la conciencia. Su estética es mayoritariamente comunicacional, y apunta a modificar la opinión pública. También es una protesta de largo plazo, e involucra a los sectores influyentes de la opinión pública. Por ejemplo iglesias, organismos defensores del tema en cuestión, organismos legislativos, y los sectores mediaticos. En general, (y no es que defienda esta modalidad), la población (el público) permanece como árbitro de la polémica de dichos sectores interesados.   
d) Incluir la protesta en una estrategia que apunte a una disputa de poder político…. Podría decirse que si bien toda protesta es un cuestionamiento al orden instituido, no toda protesta en sí misma es una disputa de poder político e ideológico. Para que una protesta alcance el nivel de disputa de poder en primer lugar hace falta que tenga “poder”, el poder de ser un antagonista válido que obligue al poder cuestionado a responder en acción y reacción cada uno de sus embates.  …Porque no basta con tener un discurso estructuralmente opositor. Para disputar el poder instituido se requiere de un lugar en la contienda, un lugar que de algún modo ya fue conquistado. …Suena como el perro que se come la cola, pero este es el gran misterio del poder, su efecto imponderable. En un sentido podría decirse que el poder se construye, pero solo si está destinado a ello.  Se trata de un factor (N) que en una coyuntura revela el poder inmanente que ha logrado sintetizar una organización, una idea, una persona, o una acción que por su trascendencia muestre la cara del nuevo poder emergente y lo anticipe.  
e) Instalar en la conciencia humana un faro que proyecte ideales de futuro. En lo personal, creo que este es el tipo de protesta con el que guardo mayor afinidad. Si uno valora este tipo de protestas desde la urgencia del presente, sin duda las encontrará inútiles, irrealizables e incluso “distractivas” con relación a las necesidades inmediatas. Sin embargo, desde una visión de largo plazo son ellas las verdaderas antorchas que encienden la conciencia humana; semillas de futuro engendradas por la cruza de una idea conocida, probada y asimilada junto con otra idea. Una idea atrevida, impensada, absurda y extravagante moviendo el tablero de los supuestos incuestionables. Dicha fricción busca provocar un pequeño cataclismo en el “punto de encaje” de la percepción habitual, merced al cual la vida puede ser considerada desde una perspectiva que le otorgue a la mente una apertura del espíritu. / Analicemos la siguiente consigna. “por la abolición de la esclavitud animal”. La riqueza simbólica de la frase nos permite viajar del pasado al futuro en un solo cuadro a través de la intuición. La primera vez que escuché la frase tuve la impresión de un cuadro superpuesto. La idea de un griego de la época esclavista sorprendido frente a la idea “poco natural” y absurda de un mundo sin esclavos…¿quién haría los trabajos domésticos, los caminos, viviendas, mantendría el ejercito, cosecharía nuestros campos etc etc?...
La misma cara que podría tener nuestro carnicero Nucho diciéndole que las vacas tienen una dignidad que las hace poseedoras de derechos, igual que las palomas, las ratas, los cerdos y los murciélagos. 
Una herejía semejante a la que Jesús cometió al decir que todos somos hijos de Dios. Del mismo modo que nosotros hoy podemos decir que los animales son personas, que no pueden ser esclavizados, y que tienen derechos, más todos los problemas e interrogantes que tal posición planteen para la ética y la justicia. Estas protestas son verdaderas simientes de futuro porque hacen concebible un mundo inconcebible desde la perspectiva del presente. A mi entender se trata de una protesta visionaria que apunta directamente al espíritu abriendo la brecha de un futuro deseable y posible. Su estética es la pura imaginación, el arte, la metáfora.

Vuelvo a la pregunta del principio. ¿En qué momento la protesta legítima se vuelve en contra de nosotros mismos?
Podría dar muchas razones, pero creo que las preguntas más interesantes son aquellas en que la respuesta surge de ella misma y deviene como el río por un cauce natural. La protesta se vuelve contra nosotros mismos cuando su legitimidad desborda su cauce  de tiempo y forma, haciendo que aquello que se propone no corresponde con el modo en que se expresa. Por ejemplo. Si paralizo el transporte público por un pedido salarial, (medida en favor de los trabajadores) es un desborde del cauce natural perjudicar a otros trabajadores que padecen un mal semejante.  O, por ej;  tirar los contenedores de basura empeorando la tarea de limpieza de otros trabajadores, que a lo peor sin luz también ellos tengan que cargar con los desastres de la bronca de los vecinos cuyos males son los mismos que los del trabajador. 
Lo que quiero decir es que la legitimidad de una protesta surge de la síntesis entre un pedido válido, justo, sentido, y una modalidad que no entre en contradicción con aquello que reclama. Lograrlo es un arte, una fórmula que requiere imaginación y una inteligencia sensible que pueda comprender en su reclamo la inclusión de una totalidad mayor que el sector que lleva adelante la protesta; todo un desafío de solidaridad, sabiduria y consenso. //

lunes, 23 de diciembre de 2013

ww.infobae.com/2013/12/23/1532764-el-video-completo-la-entrevista-hebe-bonafini-milani

Entrevista Bonafini/Milani.