viernes, 11 de octubre de 2013

¿Existe el demonio? breves pensamientos de un mediodia

http://www.infobae.com/2013/10/11/1515354-francisco-pide-tomar-serio-la-lucha-contra-el-demonio

Como siempre, Francisco da letra...
El dice que el demonio existe. Dice que no se puede relativizar la idea del demonio confundiéndola con enfermedades mentales, dice que Jesús lucho contra el demonio y lo venció, y que de ese modo Dios venció al demonio desde el principio de la Biblia hasta el fin.
Dice: "No confundir la verdad. Jesús lucha contra el diablo: primer criterio. Segundo criterio: quien no está con Jesús, está contra Jesús. No hay enseñanzas a medias. Tercer criterio: la vigilancia de nuestro corazón, porque el demonio es astuto. ¡Nunca se le expulsa para siempre! Sólo lo será el último día". etc.
(Pero mejor lean el articulo).
                                ¿Existe el demonio? La consideración concluye que en tanto se lo nombre tiene una existencia en el mundo de los entes y que en tanto tal, interactúa con otros entes a los que está vinculado de manera asociativa, como por ejemplo la idea de Dios, el bien, el mal, y el sin fin de significaciones que de ellas se desprenden. Por lo que su existencia ( al menos en este grado) es innegable.
Sin embargo, no me parece que dudar de su existencia o creer en ella sea el problema de fondo. La cuestión a mi entender radica en comprender y descubrir cuál es la relación que cada uno de nosotros establece con dicha entidad en lo más profundo de su psique, es decir sus emociones, sentimientos y mundos imaginarios en los que se proyectan temores, defectos, debilidades y aversiones que residen en la" matrix" de base incosciente.
Tomemos como caso una "matrix" cuya sensación de temor más intenso es el miedo a que le falte el sustento, dicha emoción proyectará un deseo correspondiente de asegurar de cualquier modo lo que entiende por sustento haciendo en ello un eje de sentido y un comportamiento que podría abarcar desde; el simple ahorro a la acumulación avara, Y/O la codicia que impulsa la epidemia social de la corrupción, (hago una pequeña digresión)-  codicia que ha crecido en la conciencia pública como un modelo "para ético" del doble discurso; moral pública y pecados privados.
Sigamos con el caso: Dicho temor puede tomar estrategias múltiples de resguardo y en esa diversidad coexiste el mundo de la elección ( libre albedrío) cuyo triunfo es la aserción que mejor represente la intención de bien; por ejemplo, contraponer la emoción primaria de reaseguro a la generosidad que conlleva una emoción básica de confianza en el devenir.
Estamos en la dimensión dual y elemental de la mente en que bien y mal se comportan como entificaciones singulares, y la decisión aparece cosificada tal como lo expresa Francisco cuando dice: "Quién no está con Jesús está contra Jesús".  En esta dimensión dual tanto Jesús como el demonio son exteriorizaciones de la mente influyendo sobre un sujeto (persona) la cual tiene que ejercer su capacidad  de discriminación y decisión respecto de las opciones que ambas entidades ofrecen: La opción Jesús, la opción demonio, la opción buda u hombre corriente.
En el mundo de los arquetipos tales batallas se libran incesantemente mediante símbolos y relatos  míticos  de distintas culturas. El demonio de Zaratustra, las tentaciones de Jesús, y la afrente de Mara al Buda histórico, entre otros ejemplos. Todos aquellos relatos hablan de lo mismo. El triunfo del bien sobre el mal. ¿Pero que es dicho bien sino la verdad que finalmente los libera?.  La verdad de que tales elecciones maniqueas son fantasmas que surgen de los temores de la "matriz". Un mundo virtual figurado por la representación de múltiples entidades trans- personales que pueblan "las mentes" que luego apropiamos como "mi mente".
La verdad de que tales figuraciones, a la vez que existen de manera virtual, nos constituyen en la base de nuestra corporalidad. Y no obstante, que al cambiar el enfoque y el vínculo con tales mentes surge en ello una libertad que no requiere de opciones de dualidad condicionada, entre esto o aquello.
Surge la verdadera libertad  que emana de la sabiduría.  De que todo es bueno y útil para la conciencia estabilizada en el bien del bien, en que hasta el demonio puede ser un gran aliado. //