¡Otra vez otoño! torbellinos arrastra el
verano tardío;
uvas moradas atraen las moscas.
uvas moradas atraen las moscas.
En la vereda de sombras, hace frío.
El poeta zen
diría que en la instantaneidad del aparecer el sujeto y el objeto se funden
en un acto único, una sola expresión. Aquello que “es”. O como le gusta decir
al filósofo T. Izutsu, pues, en esa interpretación, el universo entero no es
otro que la mente desde el momento
en que la mente es de este modo un todo absoluto sin
distinción alguna entre “interior” y “exterior.” Aquí el presente eterno esta eternamente
en calma y quietud pese a todos los movimientos de la mente en otra dimensión.
Y a mi entender, es en este sentido en que el Buda dice
Todo es mente. Y no obstante, no existe ninguna mente (real) puesto que la
mente misma es un “aparecer” en el aspecto más efímero del acontecer ilusorio.
Es por ello, que en los textos se habla de la mente del caminante, la mente del
despierto, la mente del enojado, la mente del suicida, la mente de codicia,
celos, la mente de buda, etc. Siendo cada mente un todo absoluto “sin distinción alguna entre interior y exterior” por la que discurren los distintos
aconteceres como burbujas de la gran corriente; TAO.
Para algunas
religiones, su misión será conformar en los adeptos la mente de cada una de las
virtudes ponderadas, haciendo prevalecer dicha mente sobre cualquier otra mente
no calificada. Sin embargo, tales mentes luchan y a veces se sobreponen; pero
las mentes residuales hacen síntoma en cualquiera de los niveles en
que se encuentran pulsando por encarnar, y tal vez, (formulo una hipótesis), de
ello deriven las mentes defectuosamente malogradas hacia destinos fatales y
homicidas.
No pensaba incluir este tema, pero viene a cuento del caso difundido
en estos días de la madre que ahogó a su hijo de seis años. No quiero entrar en la polémica moral ni social del caso
porque es una vertiente de otra dimensión.
…En estas líneas solo quiero
tratar el asunto de la mente actuante,
la mente homicida.
Vuelvo a las
palabras del filósofo Izutsu, el universo entero no es otro que la mente…y yo agrego: dado
que la mente es un todo absoluto sin distinción entre interior y exterior
su realidad emerge como un sentir inapelable e irreductible a cualquier
consideración. Pues, ella aparece como un presente eterno atascado en algún
reducto de la obscura represión propia, u olvidada por algún ancestro. Podría
tratarse de una mente recesiva emergiendo intacta con su deformidad al mundo de
las apariciones. Siendo entonces, y no antes, cuando la mente que irrumpe es interpelada por la
dimensión ética y axiológica en la que intervienen otras mentes de mayor
evolución y refinamiento. Sin embargo, tal interpelación significa el quiebre y
la fragmentación esquizoide de dicha mente
total (por ejemplo homicida) para que su mundo no prospere.
Si tal
fragmentación no sucede el acto se
consuma por el simple hecho de que no existe alteridad en dicha mente, dado que
la mente actuante es una e
indivisible y puede llegar a vivirse, incluso, como una posesión de deidades O
demonios. Algunas tradiciones como el budismo tantrico proponen que la
encarnación consciente de dichas mentes (con forma de deidades) agotaría de
manera eficiente y rápida el “karma” contenido en dichas mentes. Algunas
deidades son benévolas y hermosas. Otras, en cambio son terribles… encarnan la
ira, la codicia O la impiedad cruel, pero en definitiva todas son el mismo buda
infinito de las infinitas mentes. Surge entonces la pregunta del millón… ¿Cuál
es entonces la verdadera naturaleza de Buda?
No tengo respuesta, pero de una cosa
estoy convencida; y es que cualquier mente moralmente
excluyente que se imponga a la
conciencia por bella que parezca dejará desechos en la sangre, despojos de aquellas mentes
negadas por la censura y el control. Porque no es diferente la posesión de una
“mente buena” que de cualquier otra mente cuya polaridad queda negada.
La mente total “fija” la
eternidad hasta que un día inesperado entra en el tiempo bajo cualquier forma…
hechos fortuitos, accidentes, enfermedades, relaciones kármicas, cataclismos, O
criaturas venidas al mundo con su sino marcado y en suspenso. Todo viene de la
mente total. La mente capturada en el universo burbuja, matriz de realidad.
¿Será por eso que la frase culmine de
los maestros zen dice: ¡No mente!, ¡No mente!? /