miércoles, 30 de abril de 2014

Mis primeros ñoquis

En ocasión del 29 de abril, -que dicho sea de paso también es el día del animal- emprendí la tarea de cocinar mis primeros ñoquis inspirada por una compañera de trabajo quien comentó la receta.
Se preguntarán qué tiene ver esto con Buda Azul, bueno nada y todo, si consideramos la existencia de una trama de sucesos conectados finamente entre sí por sutiles campos vibratorios en los que mis ñoquis y el nuevo planeta extra solar se comunican de manera asombrosa. Quiero decir que sin un fuerte conjuro de sutiles hechos y circunstancias estos ñoquis no estarían en la foto que pueden apreciar.
Me refiero a que:
              De no haberme vuelto vegetariana no habría incurrido en la cocina experimental y arruinado tantos platos como lo hice, y que gracias a los amigos que lo soportaron no habría insistido en cambiar el supermercado por las dietética ni estaría atenta a las recetas que casualmente se comentan en una oficina.
 Dicho todo en un modo potencial porque si "eso" no hubiera ocurrido, no habría llegado el martes a la  oficina, a la hora en que las conversaciones tienden al estómago y se disparan las ocurrencias culinarias u otras ocurencias, como por ej. Hace poco falleció la madre de mi compañera que es del Chaco (igual que mi familia paterna) lo cual hace probable que algún ADN común se encuentre solapado en un lugar recóndito del karma, lo que quizá hizo posible este encuentro en un trabajo que permitió esta ocasión irrepetible. La receta de los ñoquis de ricota, que pasaré a contar. 
...Dos huevos son suficientes para medio kilo de ricota. Ambos elementos son unidos por un poco (ojímetro) de harina integral mas queso rallado, pimienta, sal, y el condimento que te guste., orégano, albahaca, perejil, o nada.
Cuando la masa queda homogénea y su consistencia mas bien blanda y suave la dejamos descansar unos minutos en un bol tapado y listo para hervir.
Entre tanto, o quizá antes, preparamos la salsa según el gusto. En este caso es recomendable que la salsa lleve muchas verduras como tomate fresco, berenjena, morrones verde y rojo y mucho cariño. 
(En honor a mis amigos de tao) no le agrego cebolla ni ajo. 
Llegada la hora del debut ya tenemos la olla hirviendo con bastante agua. DEL mismo bol en que guardamos la maza pellizcamos bolitas del tamaño de una canica que acomodamos en la palma de la mano. Las dejamos hervir hasta que salgan a la superficie no sin antes asegurarnos de que la harina integral se haya cocinado por completo. Levantar con espumadera, y listo los ñoquis. 
!Salud!. y buen apetito.
 

martes, 15 de abril de 2014

Apología de la palabra

Hola budaazul, ! Cuánto tiempo sin visitar tu palacio levantado en este sitio de la mente! ...Aveces siento que escribir es una pura torpeza, un acto del pasado cuando las vivencias ya están vencidas u obsoletas. La vida -(o eso que llamo vida)- cruza como un torrente incesante que apenas toca el aire se evapora dejando una tibia sensación. ! Cuánta nostalgia! Parece que me quejo de la palabra, y tal vez sea cierto, porque no encuentro en ella más que un pobre señalamiento del borbotó de gotas que deja una lancha que se aleja, sin nombre, ...Y entre tanto, la ausencia teje un sueño de signos con la esperanza de quedar en alguna memoria de algún invento. ¿Cómo creerte? si vives entre la fábula y el engaño defraudador del embuste perfecto. No, no te creo. Ofendida la palabra me increpa. Quien dice lo que dice es LA PALABRA que ha hecho tu nombre y el día sucesivo del solsticio en el planeta, que ha hecho con la oración completa del verbo- sujeto y predicado la órbita del trayecto de tu existencia, desde el día en que naciste. Sí. El infinito es inconmensurable respecto del universo, pero solo el universo y sus ínfimas ondulaciones dan cuenta de esa inmensidad. Tú eres una rara joya en medio del silencio de la palabra. El sonido que conmueve al infinito haciendo que salga de su letargo; qué no te invada el desaliento ni la pequeñez... Porque allí donde tu corazón late y el susurro del aliento emite sonido, allí el absoluto se postra tiernamente como una brizna sobre el íntimo soplo para hacerlo crecer entre sus manos. Y nunca es indiferente, te mueves y el acude//.