lunes, 30 de diciembre de 2013

El urgente arte de la protesta

La ola de calor es  extraordinaria y el malestar una epidemia social; piquetes, basura y fuego por toda la ciudad provocan caos en el tránsito, basura, y contagio de pesares. ¿Es legítima la protesta?
Si por supuesto, es legítima.
Pero en qué momento la protesta legítima se vuelve en contra, ¿cuál es ese punto que nos coloca  a los vecinos de una misma ciudad como enemigos de nosotros mismos?
Antes de contestar quisiera repasar las motivaciones que en general promueven las protestas, menciono algunas: 1) Un gran descontento que se expresa como descarga emocional 2) El deseo de que alguna situación cambie y mejore, 3) La necesidad de expresar un punto de vista que refleje un estado de conciencia respecto de algún tema. 4)  La Inclusión de la protesta en una estrategia que apunte a una disputa de poder político Y/o ideológico.  5)  y el propósito de Instalar en la conciencia humana un faro que proyecte ideales de futuro, como por ejemplo: “Por la abolición de la esclavitud animal”.  Propongo repasar dichos motivos, porque a la hora de participar  es importante esclarecer qué es lo que la protesta pretende, y en qué medida uno comparte la motivación explícita o implícita de cada convocatoria en particular.  Es cierto que no siempre los motivos suelen ser coincidentes, pero al menos debiera haber una intención apuntando hacia un lugar de acuerdos y coincidencias dentro de una corriente afín.  Repaso las motivaciones.
a) Expresar un descontento social es quizá la forma más usual de protesta. Se presenta como un hecho espontáneo y su rasgo principal es la enorme emotividad que la promueve. Su propia composición energética hace de este tipo de protestas un acontecimiento volátil e inflamable, un estallido que agota su propio combustible en el acto mismo de protestar.  Irrumpen con una demanda básica y concreta, pero en su fondo emocional subyace un estado de desintegración que busca consumirse. Se trata de una utopía negativa, en el sentido de que expresa el derrumbe de una situación en su fase de declinación y deterioro. La estética que mejor representa tales protestas son por ejemplo, la violencia caótica, el fuego, la basura y la destrucción indiscriminada de elementos que en una situación normal serían valorados y respetados por los mismos destructores.
b) Desear que alguna situación cambie y mejore es un estadio más complejo de la protesta porque conlleva  a un nivel de formulación que implica compromiso para llevar adelante una  propuesta. Supone como mínimo un diagnóstico de aquello que queremos que cambie en base a un deseo de mejora, un deseo de bien que inspira no una acción sino un conjunto de acciones tendientes hacia dicho objetivo. Por lo que técnicamente no se trata de una protesta a secas sino de un proyecto que engloba aspiraciones a realizar en un futuro próximo o lejano. Por Ej. Una protesta en contra de la minería a cielo abierto, O un plan de lucha por una reforma laboral, que contemple condiciones evolutivamente mejores para el trabajador en su conjunto.
Su estética es la de una lucha orgánica sostenida en varios frentes; movilizaciones, corte de rutas, radio abiertas, paros, negociación y leyes. Podría decirse que se trata de un tipo de lucha organizada para un largo tiempo, que se plantea como un plan de metas y objetivos.     
c) Expresar un punto de vista y un estado de conciencia con relación a algún tema es un tipo de protesta que se establece en el mundo conceptual. Una batalla, si es que puede utilizarse este término, para describir un tipo de acción o acciones cuyo principal sentido se debate en el plano de las ideas y las convicciones. Por ejemplo, el aborto, legalización de la marihuana, fertilidad asistida, eutanasia etc.  Siendo la característica de tales protestas una performance de la ética de los límites a los que la humanidad haya llegado en el plano de los valores y la conciencia. Su estética es mayoritariamente comunicacional, y apunta a modificar la opinión pública. También es una protesta de largo plazo, e involucra a los sectores influyentes de la opinión pública. Por ejemplo iglesias, organismos defensores del tema en cuestión, organismos legislativos, y los sectores mediaticos. En general, (y no es que defienda esta modalidad), la población (el público) permanece como árbitro de la polémica de dichos sectores interesados.   
d) Incluir la protesta en una estrategia que apunte a una disputa de poder político…. Podría decirse que si bien toda protesta es un cuestionamiento al orden instituido, no toda protesta en sí misma es una disputa de poder político e ideológico. Para que una protesta alcance el nivel de disputa de poder en primer lugar hace falta que tenga “poder”, el poder de ser un antagonista válido que obligue al poder cuestionado a responder en acción y reacción cada uno de sus embates.  …Porque no basta con tener un discurso estructuralmente opositor. Para disputar el poder instituido se requiere de un lugar en la contienda, un lugar que de algún modo ya fue conquistado. …Suena como el perro que se come la cola, pero este es el gran misterio del poder, su efecto imponderable. En un sentido podría decirse que el poder se construye, pero solo si está destinado a ello.  Se trata de un factor (N) que en una coyuntura revela el poder inmanente que ha logrado sintetizar una organización, una idea, una persona, o una acción que por su trascendencia muestre la cara del nuevo poder emergente y lo anticipe.  
e) Instalar en la conciencia humana un faro que proyecte ideales de futuro. En lo personal, creo que este es el tipo de protesta con el que guardo mayor afinidad. Si uno valora este tipo de protestas desde la urgencia del presente, sin duda las encontrará inútiles, irrealizables e incluso “distractivas” con relación a las necesidades inmediatas. Sin embargo, desde una visión de largo plazo son ellas las verdaderas antorchas que encienden la conciencia humana; semillas de futuro engendradas por la cruza de una idea conocida, probada y asimilada junto con otra idea. Una idea atrevida, impensada, absurda y extravagante moviendo el tablero de los supuestos incuestionables. Dicha fricción busca provocar un pequeño cataclismo en el “punto de encaje” de la percepción habitual, merced al cual la vida puede ser considerada desde una perspectiva que le otorgue a la mente una apertura del espíritu. / Analicemos la siguiente consigna. “por la abolición de la esclavitud animal”. La riqueza simbólica de la frase nos permite viajar del pasado al futuro en un solo cuadro a través de la intuición. La primera vez que escuché la frase tuve la impresión de un cuadro superpuesto. La idea de un griego de la época esclavista sorprendido frente a la idea “poco natural” y absurda de un mundo sin esclavos…¿quién haría los trabajos domésticos, los caminos, viviendas, mantendría el ejercito, cosecharía nuestros campos etc etc?...
La misma cara que podría tener nuestro carnicero Nucho diciéndole que las vacas tienen una dignidad que las hace poseedoras de derechos, igual que las palomas, las ratas, los cerdos y los murciélagos. 
Una herejía semejante a la que Jesús cometió al decir que todos somos hijos de Dios. Del mismo modo que nosotros hoy podemos decir que los animales son personas, que no pueden ser esclavizados, y que tienen derechos, más todos los problemas e interrogantes que tal posición planteen para la ética y la justicia. Estas protestas son verdaderas simientes de futuro porque hacen concebible un mundo inconcebible desde la perspectiva del presente. A mi entender se trata de una protesta visionaria que apunta directamente al espíritu abriendo la brecha de un futuro deseable y posible. Su estética es la pura imaginación, el arte, la metáfora.

Vuelvo a la pregunta del principio. ¿En qué momento la protesta legítima se vuelve en contra de nosotros mismos?
Podría dar muchas razones, pero creo que las preguntas más interesantes son aquellas en que la respuesta surge de ella misma y deviene como el río por un cauce natural. La protesta se vuelve contra nosotros mismos cuando su legitimidad desborda su cauce  de tiempo y forma, haciendo que aquello que se propone no corresponde con el modo en que se expresa. Por ejemplo. Si paralizo el transporte público por un pedido salarial, (medida en favor de los trabajadores) es un desborde del cauce natural perjudicar a otros trabajadores que padecen un mal semejante.  O, por ej;  tirar los contenedores de basura empeorando la tarea de limpieza de otros trabajadores, que a lo peor sin luz también ellos tengan que cargar con los desastres de la bronca de los vecinos cuyos males son los mismos que los del trabajador. 
Lo que quiero decir es que la legitimidad de una protesta surge de la síntesis entre un pedido válido, justo, sentido, y una modalidad que no entre en contradicción con aquello que reclama. Lograrlo es un arte, una fórmula que requiere imaginación y una inteligencia sensible que pueda comprender en su reclamo la inclusión de una totalidad mayor que el sector que lleva adelante la protesta; todo un desafío de solidaridad, sabiduria y consenso. //

lunes, 23 de diciembre de 2013

ww.infobae.com/2013/12/23/1532764-el-video-completo-la-entrevista-hebe-bonafini-milani

Entrevista Bonafini/Milani.

viernes, 11 de octubre de 2013

¿Existe el demonio? breves pensamientos de un mediodia

http://www.infobae.com/2013/10/11/1515354-francisco-pide-tomar-serio-la-lucha-contra-el-demonio

Como siempre, Francisco da letra...
El dice que el demonio existe. Dice que no se puede relativizar la idea del demonio confundiéndola con enfermedades mentales, dice que Jesús lucho contra el demonio y lo venció, y que de ese modo Dios venció al demonio desde el principio de la Biblia hasta el fin.
Dice: "No confundir la verdad. Jesús lucha contra el diablo: primer criterio. Segundo criterio: quien no está con Jesús, está contra Jesús. No hay enseñanzas a medias. Tercer criterio: la vigilancia de nuestro corazón, porque el demonio es astuto. ¡Nunca se le expulsa para siempre! Sólo lo será el último día". etc.
(Pero mejor lean el articulo).
                                ¿Existe el demonio? La consideración concluye que en tanto se lo nombre tiene una existencia en el mundo de los entes y que en tanto tal, interactúa con otros entes a los que está vinculado de manera asociativa, como por ejemplo la idea de Dios, el bien, el mal, y el sin fin de significaciones que de ellas se desprenden. Por lo que su existencia ( al menos en este grado) es innegable.
Sin embargo, no me parece que dudar de su existencia o creer en ella sea el problema de fondo. La cuestión a mi entender radica en comprender y descubrir cuál es la relación que cada uno de nosotros establece con dicha entidad en lo más profundo de su psique, es decir sus emociones, sentimientos y mundos imaginarios en los que se proyectan temores, defectos, debilidades y aversiones que residen en la" matrix" de base incosciente.
Tomemos como caso una "matrix" cuya sensación de temor más intenso es el miedo a que le falte el sustento, dicha emoción proyectará un deseo correspondiente de asegurar de cualquier modo lo que entiende por sustento haciendo en ello un eje de sentido y un comportamiento que podría abarcar desde; el simple ahorro a la acumulación avara, Y/O la codicia que impulsa la epidemia social de la corrupción, (hago una pequeña digresión)-  codicia que ha crecido en la conciencia pública como un modelo "para ético" del doble discurso; moral pública y pecados privados.
Sigamos con el caso: Dicho temor puede tomar estrategias múltiples de resguardo y en esa diversidad coexiste el mundo de la elección ( libre albedrío) cuyo triunfo es la aserción que mejor represente la intención de bien; por ejemplo, contraponer la emoción primaria de reaseguro a la generosidad que conlleva una emoción básica de confianza en el devenir.
Estamos en la dimensión dual y elemental de la mente en que bien y mal se comportan como entificaciones singulares, y la decisión aparece cosificada tal como lo expresa Francisco cuando dice: "Quién no está con Jesús está contra Jesús".  En esta dimensión dual tanto Jesús como el demonio son exteriorizaciones de la mente influyendo sobre un sujeto (persona) la cual tiene que ejercer su capacidad  de discriminación y decisión respecto de las opciones que ambas entidades ofrecen: La opción Jesús, la opción demonio, la opción buda u hombre corriente.
En el mundo de los arquetipos tales batallas se libran incesantemente mediante símbolos y relatos  míticos  de distintas culturas. El demonio de Zaratustra, las tentaciones de Jesús, y la afrente de Mara al Buda histórico, entre otros ejemplos. Todos aquellos relatos hablan de lo mismo. El triunfo del bien sobre el mal. ¿Pero que es dicho bien sino la verdad que finalmente los libera?.  La verdad de que tales elecciones maniqueas son fantasmas que surgen de los temores de la "matriz". Un mundo virtual figurado por la representación de múltiples entidades trans- personales que pueblan "las mentes" que luego apropiamos como "mi mente".
La verdad de que tales figuraciones, a la vez que existen de manera virtual, nos constituyen en la base de nuestra corporalidad. Y no obstante, que al cambiar el enfoque y el vínculo con tales mentes surge en ello una libertad que no requiere de opciones de dualidad condicionada, entre esto o aquello.
Surge la verdadera libertad  que emana de la sabiduría.  De que todo es bueno y útil para la conciencia estabilizada en el bien del bien, en que hasta el demonio puede ser un gran aliado. //    

domingo, 18 de agosto de 2013

La tierra como testigo: Bhumisparsha

...Cuentan que en el momento de la iluminación el  Buda Shakyamuni (en su profunda meditación) fue atormentado por el demonio Mara, que intentaría distraerlo con las tormentas de deseo y dudas provocadas por las hijas de Mara.  Luego de vencerlas, Shakyamuni es burlado por Mara quien le dice que; si es verdad que está iluminado, de todos modos no tiene testigos ni nadie que confirme lo que él cree. Es entonces cuando el victorioso hace un gesto con la mano derecha, un mudra considerado el gesto principal del Buda shakyamuni; la mano derecha indica hacia la tierra mientras su izquierda descansa en el regazo. 
 La mano que señala hacia abajo es el llamado del “Despierto” a la diosa de la tierra quien responde: Soy testigo. Surge en ese momento un estruendo pavoroso, y una gran inundación arrastro de la tierra a  Mara y su ejército de demonios. Este mudra se asocia comúnmente con Buda Azul  conocido como Akshobya, símbolo de la iluminación y la victoria que acaba con las sombras de Mara. 
Es mi intención en estas líneas dejarme llevar por la intuición, y comprender el significado actualizado de dicho gesto, el mudra Bhumisparsha.  
Mara y sus demonios representan la lucha cotidiana del hombre con sus pasiones, miedos, apegos y confusiones, propias del mundo de Samsara regido por el conflicto y la dualidad constantes. La mente de mono, que salta de un lado para otro presa de la apariencia y la emoción. Esa mente, la mente de Mara es la que el Buda ha vencido tras despertar a la ilusión de creer que las cosas son en sí mismas, y apegarse a tal convicción.  
 Con la mano izquierda sobre el regazo Buda abre su corazón a la sabiduría de la realidad última, (si es que puede hablarse de realidad), en que lo manifestado y lo no manifestado son vacuos por naturaleza, (si es que puede hablarse de naturaleza), o cosa, o cualquier entidad denominable. Y puesto que, la realidad de todos los fenómenos es vacua ¿Qué efecto o influencia podrían tener Mara y sus demonios para perturbar la Mente del Buda?; no ya del Buda Shakyamuni, el Buda histórico, sino la Mente de BUDA en su talidad inconmensurable.
Sin embargo Mara no abandona su misión y a toda costa quiere distraerlo, confundirlo y desalentarlo. Y capta en Sakyamuni el último trozo de apego que le queda, el yo que se pregunta: ¿Será cierto? ¿Quién atestiguará que lo que aquí fue comprendido es la “realidad última” y no otro engaño más… Mara expresa esa duda y le inquiere: si es verdad que estás iluminado, de todos modos no tienes testigos ni nadie que lo confirme. Sin duda, se trata de la peor prueba de Mara, el más agudo de los desafíos, y el más engañoso. Seguramente hubo una pausa, una tremenda pausa capaz de alertar a los seres de las diez dimensiones. ¿Qué haría Buda? Buda permaneció en silencio y extendió su mano derecha hacia la tierra, y la tierra trono. Las aguas se llevaron a Mara y sus demonios hacia los confines de la budeidad, la talidad inconmensurable.
Pero ¿Qué significa dicho gesto? Cómo lo vence?. A mi entender “la tierra como testigo” es el gesto elocuente de la comprensión Budica en su nivel más alto, y la concreción misma de dicha budidad, que en su condición de talidad orienta la voluntad (el gesto de indicar) hacia el núcleo de la comprensión; la no causalidad de los fenómenos, y la realización de dicha budeidad en la multiplicidad de lo que acontece… O, quizá, para decirlo de otro modo: Cuando Buda asume la naturaleza última, aquello que es “indicado” por el gesto de la realidad en todos los sentidos,  es cuando dicha realidad se convierte en testigo. ¿Testigo de qué? De la mente iluminada, que a su vez es No mente, porque si fuera la mente de “algo” no podría ser la realidad total, sino una parte de ella; una versión, una interpretación, la mente como objeto. Por eso la pregunta de Mara es una pregunta perspicaz ¿Dónde está el otro que certificará tu iluminación? Y Buda, prevenido de la palabra, responde con la arbitrariedad de un gesto, No hay dos, y hay todos…La mente dual desaparece, y con ello la multiplicidad es también la realidad última, el Dharma.
También ahora, en este instante Mara nos acucia con la misma pregunta: Si vas a negar sistemáticamente la validez de cualquier afirmación por considerarla parcial, tu propia negación fagocitará la comprensión a la que llegaste, hasta dejarla inválida e inservible. (P A U S A)

                              ¿Con qué nuevo gesto espantaremos los demonios de Mara?

domingo, 28 de julio de 2013

Lo siento, no puedo amar la pobreza

Los obispos deben ser hombres que amen la pobreza. -Dijo el Papa en su visita a Brasil-. ¿Pero qué significa pobreza? ¿Qué es lo que debo amar?


…Y no cesan en mí las preguntas ni la decena de rostros que visito cada día. ¿Qué los hace pobres?; ¿Qué vivan en una villa, en un hotel, en un asentamiento, que tengan planes sociales, que no tengan trabajo, que hagan “changas” en trabajos que otros no querrían hacer, que tengan poca instrucción, O ciertos gustos, O cierta manera de vestirse, cierta manera de hablar?
 ...Creo que no alcanza la sociología entera para definir qué es un pobre, y mucho menos para caracterizar la pobreza en su verdadera dimensión; Y no puedo dejar de preguntarme a que se refiere Francisco cuando habla de amar la pobreza.
¿Habla de condiciones sociales O habla del espíritu? ¿Habla del cuerpo y sus necesidades insatisfechas O habla del sufrimiento, como aquella predisposición humana que nos condena a la infelicidad y a la desdicha? Porque cualquiera sea su definición de pobreza no es algo deseable para nadie, o al menos para mí no lo es. No sería honesta con la palabra si no tratara de interpretar lo que dice, y desde dónde lo dice, Pero aún así, comprendiendo que intenta señalar con su gesto la atención del espíritu hacia los más vulnerables, disiento en lo más profundo de su mensaje: el amor a la pobreza.


Pablo de tarso hablaba del llamado de Dios a los pobres, diciendo; “Hermanos, tengan en cuenta quiénes son los que han sido llamados; No hay entre ustedes muchos sabios, hablando humanamente, ni son muchos los poderosos ni los nobles. Al contrario, Dios eligió lo que el mundo tiene por necio, para confundir a los sabios, lo que el mundo tiene por débil, para confundir a los fuertes; lo que es vil y despreciable y lo que no vale nada, para aniquilar a lo que vale. Así, nadie podrá gloriarse delante de Dios. Por él ustedes están unidos a Cristo Jesús, que por disposición de Dios se convirtió para nosotros en sabiduría y justicia, en santificación y redención a fin de que, como está escrito: el que se gloria que se gloríe en el Señor” Corintios. 1.30 


En esta carta a los Corintios Pablo, el apóstol, explica el motivo de Dios para llamar a los pobres; Aniquilar lo que vale para el mundo para gloriarse solo en el Señor, es decir Cristo. Una solución teológica interesante para resaltar a Cristo, pero nefasta cuando se trata de vivir en el mundo, tal como se presenta en su cruda realidad. La pobreza no es buena, ni humilde, ni valiosa, ni prometedora. La pobreza es pobreza. Necesidad, miseria, adversidad y esperanza ilusoria. Condiciones canallescas para que cualquier ser humano sucumba “ante el mundo” y se gloríe en el.  Ya que no hay nada más “mundano” que la pobreza, cuya condición nace del mundo y debe ser considerada dentro del mundo, no como objeto de amor sino como problema, de injusticia, de sin razón, de explotación,  y en todo caso,  de falta de amor, pero no hacia la pobreza sino hacia la persona que padece de esa insuficiencia en su condición humana.  
Y es por esto que sigo sin entender por qué habría que elegir la pobreza, y además amarla. ¿Por qué…?  


domingo, 9 de junio de 2013

El retorno de Perséfone: apuntes para una ecología espiritual


El mito de Perséfone explica el origen de los ciclos estacionales y el devenir  de los fenómenos que la filosofía China llama el crecer y decrecer del yin y el yang. La contracción y expansión de  todo aquello que se manifiesta como perpetua transformación que ocurre en todas las cosas,  y que el sabio Lao tsé describe de este modo.
“Si quieres comprimir una cosa, procura que antes se dilate. Si quieres hacer que se debilite procura que se fortalezca primero. Si quieres acabar con su existencia espera  a que florezca plenamente. Si quieres que alguien le eche de menos, tendrás que dársela primero. A esto se le llama percibir la naturaleza de las cosas”. XXXVI Tao Te Ching /    
 Según esta concepción mítica filosófica la noción de ciclo comprende, no un mecanicismo repetitivo sino la renovación entendida como una totalidad de estados que abarcan el desarrollo de un fenómeno, desde lo que aún no es visible hasta su caducidad inexorable, y cuya función es perpetuamente regenerativa debido a la consecución de estados interiores de transformación en los que el fenómeno despliega de un modo provisorio la manera de presentarse en el mundo; ora frio o caliente, débil o fuerte, húmedo o seco, blando o duro, oscuro o luminoso, y todas sus posibles combinaciones. Se trata de una concepción del mundo que nos permite comprender que aquello que vemos y describimos no es otra cosa que el aparecer instantáneo de un imperceptible movimiento de la mente acostumbrada a “fijar” imágenes en su memoria, O micro fotogramas que su atención logra capturar por atracción o aversión acumuladas.
¿Ellos están diciendo que el tiempo es un movimiento de la mente?, Si. Porque finalmente aquello que acontece deriva de una matriz cuya secuencia impregna el acto mismo de Ver con un modelo prototípico del origen biológico, constituyéndose dicho patrón en un hábito perceptual de la especie. Y a mi entender, cuando hablamos de naturaleza estamos hablando de la matriz biológica aplicada a una dimensión de significados que lo constituyen a él Hombre, y a todo cuanto lo rodea en objeto de nombre y de sentido. Vuelvo a este origen que explica la “naturaleza de las cosas” con el objeto de despejar cualquier presunción que nos impida ejercer la facultad de “designar” con la libertad de espíritu que tal facultad requiere.      
 En el mito de Perséfone la naturaleza queda sujeta a una negociación del mundo de los dioses respecto del inframundo y la dimensión terrestre. Una suerte de conciliación entre las fuerzas abismales y el orden manifiesto de la lógica gramatical, que otorga nombre y sentido. Zeus, el logos y Deméter, la cosa designada son atrapados en el abismo de Hades a través de Perséfone. Su rapto, no es otra cosa que la sumisión de la lógica gramatical al mundo del caos, el espacio incondicionado de la mente, el puro espacio. Deméter, en ese instante pierde el poder de dar sentido y la naturaleza se vuelve infértil, seca y exangüe.  Tal parece ser hoy la situación en la que nosotros, la humanidad, nos encontramos respecto de los significados: en su desolación Deméter está “secando la naturaleza”, y en su lugar un mundo de oscuridades se impone por sobre el antiguo conocimiento.
Naturaleza decrece y el reino de Hades se fortalece a costa del viejo orden. Perséfone come el fruto del jardín de Hades quedando presa de la subyugación de sí misma. Pero Zeus, Padre y cómplice del raptor, decide rescatarla. Las leyes de Hades son estrictas, pero también las suyas lo son: Perséfone tendrá que alternar entre el reino subterráneo de Hades, el inconmensurable incosciente, y su madre naturaleza. De este modo, el retorno de Perséfone es siempre el retorno del sentido, la designación vital y novedosa representada por la primavera, la oportunidad de la naturaleza para otorgase una matriz nueva, Un prototipo biológico no determinista ni sujeto a leyes implacables; un nuevo nacimiento.  //
                                                                                  




jueves, 6 de junio de 2013

Un toco y me voy

Hola BudaAzul, muchas semanas sin escribir, muchas horas sumida en la vida y su trajín extraordinario . !Pasan tantas cosas!. que la escritura me impacienta, es como ir detrás de un tren que se perdió en el horizonte. ¿Cómo alcanzarlo!. 
...Solo eso, saludo y me voy 
                                              "La vida es corta ya veras como a pesar de los dolores tendrás amigos, tendrás amor, tendrás amigos". 

lunes, 25 de marzo de 2013

Pequeño preludio sobre la libertad


¡Qué bueno!  Me diste un tema para reflexionar. Tu respuesta hizo que pensara. ¿Es suficiente darse cuenta de que uno está condicionado para saltar la valla del impedimento? Por lo que Vos decís No. Existe una dualidad entre dicho entendimiento y la voluntad que libera de la sujeción. La pregunta es porqué, o mejor dicho qué hace falta para que conciencia y voluntad sean un mismo acto. 
…Tal vez  exista una  confusión entre el “deseo de ser libre”- como aspiración de una conciencia que sabe que no lo es-, y la libertad como posibilidad  disponible en cada uno de nosotros. T.S. Eliot lo expresa de este modo “La libertad interior respecto del deseo práctico”. Lo cual supone un estado intimo de libertad anterior a cualquier deseo, por lo que dicho deseo se vuelve sencillamente práctico respecto de un obrar; O para decirlo de otro modo, casi un procedimiento ejecutado por una mente libre de condicionamientos en donde no existe un “objeto del deseo” (esa obscura sombra de la represión) sino una pura voluntad de Ser que se expresa en todo lo que hace, abordándolo simplemente como algo práctico; un juego de exploración y de disfrute.
Pero claro ¿Cómo se accede a una mente libre? Yo creo que una mente libre es una mente que experimenta sin la barrera del miedo. Es una mente que no supone, que no anticipa, que no da por sentado…Porque lo conocido es siempre una proyección de lo que ya sabemos, la reiteración de lo mismo. El agrado Y/o desagrado acopiados como reacción en la memoria. Sin esa mente, todo se vuelve abierto y asombroso. Y yo creo, que con solo desactivar dicha mente de miedo ya estamos de lleno en la mente libre.
Sólo hace falta: desactivar la imagen que tenemos ante los demás, desactivar el temor al juicio de los que nos importan, desactivar el miedo a presentarnos diferentes de cómo nos conocen, el temor a herir a los que nos quieren tal como ellos pretenden tenernos, sujetos a su deseo; desactivar el temor a equivocarnos según nuestros propios prejuicios, el temor a defraudar al no responder a las expectativas propias y ajenas; el temor a ser tal cual sentimos; el temor… //

domingo, 17 de marzo de 2013

Carta íntima al Papa argentino Su Santidad Francisco


La cortesía pide que comience esta carta con las felicitaciones pertinentes, sin embargo, el alto cargo que Usted ejerce, desde mi humilde opinión, no es un logro personal el cuál pueda felicitarse, sino la suma de un designio que trasciende ampliamente las aspiraciones personales, a las cuales ha renunciado en el mismo instante en que asumió con  nuevo nombre. Me refiero a la novísima persona de Francisco cuyo nombre indica un sentido y una misión esperanzadora.
Desde hace algunos años, seguramente muchos menos que Usted, estoy a diario en contacto con los hombres, niños y mujeres más necesitados de la sociedad, y es a partir de esta experiencia que me gustaría compartir la reflexiones a las que he arribado a partir de mi trato cotidiano con las familias que, por su condición, reciben asistencia social por parte del estado.
En mi experiencia, la pobreza, y muchos de los males que aquejan a los hombres como la enfermedad, la locura, y la violencia nacen de una matriz productora de creencias que se asimilan con los ambientes y las más tempranas vivencias. Una matriz que produce entes que se apoderan de la existencia y su vasta riqueza, limitándola a unas pocas posibilidades inscriptas como mentes foráneas, la mente de pobreza, la mente de enfermedad, la mente egoísta, la mente de codicia, de insatisfacción y tantas otras…Desvincular dichas mentalidades y explorar el potencial humano hasta su límite casi imposible, -me parece-, la gran tarea.
Como muchos de mi generación fui marxista militante en el convencimiento de que el fin de las desigualdades sociales requería de una revolución que acabara con las estructuras de explotación del hombre por el hombre, y de la cuál surgiría una nueva conciencia humana inspirada en el ideal de “Cristos esparcidos por el mundo” dispuestos a dar la vida por los otros, los desposeídos, los que sufren y están hambrientos de justicia.
Básicamente mis ideales no han cambiado, pero los intensos años que me separan de aquella perspectiva hicieron que tomara distancia de las ideas a favor del conocimiento vivencial de las vidas humanas y su compleja encarnación en un mundo de circunstancias asumidas como identidad que los define. Me refiero a los condicionamientos que provienen de categorías impuestas por la cultura dominante que ciñen los destinos humanos a su pura concreción en virtud de una identidad enajenada. La identidad conferida por la mirada del Otro en cuyo universo existe de ese modo de manera excluyente, hasta tanto logre emanciparse de aquel espejo que lo atiene a su limitación y los aleja de su verdadero potencial.
Voy a incurrir en un atrevimiento religioso, mencionar a Buda y a Cristo como parte de la explicación de lo que quiero decir.  Estoy pensando en el joven Príncipe Sakyamunni y en el apasionado Jesús de Nazaret. Cada uno en su tiempo y en su circunstancia tuvo una Gran visión de los dolores de su época los cuales “revelaron” al mundo. No es casual que aquel Principie resguardado en el palacio de las bienaventuranzas sufriera el impacto del encuentro con los dolores de la existencia humana, el nacimiento, la enfermedad, la vejez, y la muerte. Tales eventos le habían sido ocultados durante su crecimiento, y por lo tanto su mirada fue de estupor ante lo que él no podía concebir. Siempre me pregunté (y  aún no tengo respuesta) si dicho sufrimiento existía como tal antes de que el Buda lo viera y le diera su nombre.
Jesús-, por su parte-, nace en un mundo de excluidos y dominados por el Imperio, en connivencia con las clases sacerdotales que ocupaban los templos. Y es en ese contexto en el que Jesús asume la voz de los humildes y los mansos, reclamando para los pobres el reino de los cielos y la hermandad en el Padre que es Uno para todos. …No estoy diciendo que ellos de modo personal “inventaran” tales categorías sino que las encarnaron de una instancia colectiva fecundada para que ellas nacieran; me refiero a que tales visiones surgen de una madurez de condiciones  que se expresan en una vida en particular como un símbolo cuya significación es de largo plazo.
Los hijos de esta época, al igual que los coetáneos de Jesús y de Buda, también esperamos la palabra viva de nuestro tiempo. Una síntesis de lo que la humanidad requiere en el presente y las generaciones próximas. Y es aquí cuando me pregunto qué habría sucedido si Jesús en vez de seguir su corazón,- con el ojo puesto en el presente-, hubiera  reeditado el ideal de Abraham, Moisés, Elías, o de cualquiera de los antiguos profetas. Creo, que las “buenas nuevas” del evangelio nunca habrían llegado.          
Porque a mi entender la “alianza” del hombre con el cielo es siempre novedosa y oportuna como los frutos en su estación, el árbol es el mismo- quizá- pero el fruto es vida nueva en sus semillas.  ¿Puede el pichón nacer del mismo huevo que su madre? No. Así tampoco el Cristo y el Buda tendrán la cáscara de sus predecesores, porque cuando ellos se manifiestan caducan las viejas concepciones a favor de una mirada sorprendida y sorprendente. Los viejos paradigmas se agotan, no se rompen, y es por ello que las continuidades perduran más allá de su eficacia. Sin embargo, en lo profundo de la simiente humana  se está incubando un párvulo en el corazón de los que esperan.
Nadie conoce el rostro de la criatura hasta que nace, su gesto, su particular mohín; no obstante algunos prefieren ciertos nombres así como Usted prefirió Francisco. En mi cariño yo llamo Buda a esa expectativa aún vacante, pero su nombre es el de una secreta deidad  liberadora cuyo poder rompe el hechizo de la ilusión y el engaño de una humanidad subyugada por la negra magia que condena al samsara del dolor a pobres, excluidos, enfermos, miserables, corruptos e infelices.
Por la sinceridad en el mundo hago votos para que la Gracia lo acompañe en la preparación del  nacimiento en Cristo del Nuevo Hombre. AMEN//.   

lunes, 11 de febrero de 2013

Mi sadhana
Tara la madre de todos los Budas
                                      La Oración de este Día
¡OH Tara! que liberas la mente en la que vivo y en la que Una somos De índole y de forma. Tú, que en la clara ensoñación te presentas bajo los mil rostros, cada uno con un loto incipiente regado por el rocío de tu fresco aliento, terso sobre la piel como una limpia mañana de abril. Con tu Ture tomo la fuerza y el valor para ingresar al mudo palacio de cada pequeña cosa revelada por tu sabiduría.
Oh tare, de ti no me canso porque allí dónde el mundo se manifiesta todos los rostros, colores, aromas  y sabores te pertenecen Del mismo modo en que los peces pertenecen a la mar. Así, Oh tare tuttare te encuentro a cada instante, y al siguiente ya no te veo, ya no te toco De tan sumida que en ti me encuentro, OM Tare Svaha.  

martes, 15 de enero de 2013

viernes, 11 de enero de 2013

La nueva conciencia ecológica

Los movimientos ambientales son un rasgo distintivo de las actuales luchas anti capitalistas, -y yo agregaría- el principal, sobre todo en América latina. Se trata de movimientos nacidos de una sensibilidad hacia el ambiente que ha personificado en la naturaleza  una “entidad de derechos”  más  allá del valor de usufructo o provecho que los hombres saquen de ella.  Dicha conciencia de la naturaleza, cuyo valor de vida reside en sí misma, es una conciencia en ascenso que va dejando atrás los argumentos básicos de los luchadores ambientales quienes- en un principio- ponían el énfasis casi exclusivamente en los efectos dañinos que la industria depredadora y los gobiernos necios ocasionan a la naturaleza.
Tales argumentos siguen teniendo un rango importante pues afectan a la vida humana de manera directa, como es el caso de los venenos agro industriales, la contaminación del agua, del aire, los daños ocasionados por la mega-minería, y los provocados por la tala de bosques, la extinción de las especies y la aniquilación de los ambientes en donde prospera la biodiversidad; entre otras.  Y la no menos perjudicial intervención arquitectónica (a gran escala) que desvirtúa el curso de los ríos y de los afluentes naturales sumados al efecto invernadero cuyas consecuencias se advierten en el llamado “cambio climático” y sus efectos; las catástrofes naturales.
El planeta Tierra está conmovido por una intervención humana desconsiderada y negativa; Una intervención que ha nacido del concepto antropomórfico que  ha separado al Hombre de todo lo que no sea una reducida subjetividad en relación a un “otro” convertido en objeto; objeto de su codicia, de su temor, de su necesidad, de su afecto, de su apropiación O incluso de su ideal o endiosamiento.  En esta cosmología el hombre se concibe a sí mismo como el dador de sentido y como tal se atribuye la capacidad de determinar los modelos cognitivos con los que describe ontologicamente a los seres que lo rodean y su relación con ellos.
Así por ejemplo, una montaña  en lugar de ser una maravilla que antecede por millones de años a cualquier cultura o pensamiento humano es, para la concepción antropomórfica“una formación geológica” que contiene minerales tales como uranio, oro, silicio, etc … y  es, haciendo caso de estas definiciones utilitarias que el hombre pierde todo contacto con la vida/espíritu que habita en ella  y que trasciende por lejos el reduccionismo cognitivo de las definiciones empobrecedoras.   
No es casual que la promesa de nuevas consideraciones (en relación a la naturaleza) venga de la alianza entre los ambientalistas/ ecologistas, y las comunidades de los pueblos originarios-(despojados a diario de sus tierras) -quienes van compartiendo con estos luchadores una cosmovisión espiritual de la naturaleza en la que la palabra Espíritu va impregnándolos de una mirada diferente: La Pacha es la madre que nos cobija en su fertilidad prodigiosa y a ella le prodigamos el amor que nos enseña: El buen amor es cuidarla, sembrarla, ofrendarle plegarias y evitar que los saqueadores la despojen de sus tesoros y sus vástagos.
Cando la cosmovisión cambia también cambia la percepción del mundo que nos rodea, y tal como dice el antiguo proverbio Zen, las montañas dejan de ser montañas y los ríos dejan de ser ríos para dar lugar a un ancho espacio de significaciones nacidos de una inspiración casi poética. Una inspiración que nos conecta con el espíritu que habita en ella desde sus orígenes y que  impregna la Gran conciencia cósmica. Solo entonces la montaña volverá a ser la montaña rebosante del hálito que es el mismo en todos los seres.
   La nueva conciencia comprende una profunda revisión del modo en que nos relacionamos con la naturaleza, y un respeto por lo que ella tiene para enseñarnos. En cada Ser humano hay un microcosmos en donde el universo se repite y evoluciona porque estamos hechos de lo mismo. Sin embargo, aún queda en nosotros – en distintos grados- la necedad del depredador que solo ve en lo que se mueve la  apetecible presa para su satisfacción urgente. La nueva conciencia  pide de nosotros una escala y una jerarquía de valores diferente. Y este es el punto:  Una cosa es la providencia que la naturaleza nos ofrece y otra es la explotación criminal de la tierra y sus frutos, propia de las industrias extractivas. Su justificación es la altísima demanda que provoca el consumo desmesurado. Y esto también es cierto; sin la ideología de las sociedades consumistas sus negocios no tendrían sentido. Pero ¿hasta dónde estamos dispuestos a cambiar?, al menos en la parte que nos toca:, nuestros hábitos de consumo energético, de consumo del agua, de lo que de lo que comemos, de la basura que tiramos, etc. Y el respeto por todos los seres de la naturaleza haciendo con ellos un pacto para una nueva convivencia. "agua que no has de beber déjala correr" “pájaro que no has de comer déjalo volar”. "celular que todavía funciona, no lo cambies, y todo lo que sigue...