domingo, 9 de febrero de 2014

la plegaria

En el templo de conocimiento 
a la santa cultura ofrende devoción.
...Y al tocar un libro de entre 
tantos
se desprendió el hastío de 
sus letras, que ya no dicen sino
lo que se sabe 
! qué nada nuevo hay ni habrá bajo el sol !
 Tuve entonces un sentimiento abstruso,
O más bien una angustia o un pedido.
!Meu Deus!,-Ore, 
¿Quién salvará el pellejo de 
esta carne amasada con barro
       Dionisio, multi Maestro de mundos

siendo la carne misma un pensamiento? /VM
castillo de dionisio, La Rioja

domingo, 2 de febrero de 2014

El efecto GATO

                                                                     zuleica brujita

… Estoy creando una categoría para nombrar un sentimiento, o mejor dicho una emoción  que consiste en aislar un sentimiento hacia alguien o algo de la cadena de circunstancias y efectos que lo colocan en ese lugar de compasión. Voy a llamarlo el efecto gato en consideración de un chiste que me permitiera ver con claridad el sentimiento que describo.
…. la señora arregla las flores de su jardín. Ella cava un pocito para sus hortensias cuando ve a Jaimito llorando tras el seto. Señora, le dice- ¿puedo enterrar mi pececito en ese pozo?  Pero ¿Para qué un pozo tan grande?-, le responde. Es que viene dentro de este maldito gato/.

Escucharlo fue para mí un kensho, una pequeña revelación que dice.  
…Cuando la compasión y la empatía quedan “cosificadas” en un solo vínculo estamos propensos a quedar  atrapados por el efecto gato; es decir, pretender que todo lo que no es “eso y sus aliados” es el “maldito gato”, la causa de los males que solo serán exterminados con su muerte. Se trata de una lógica impecablemente aristotélica. La aplicación del principio de “razón suficiente” por el cual todo objeto debe tener una razón suficiente para que exista; todo devenir debe tener una causa, y toda acción una motivación. –En rigor a la verdad el principio de razón suficiente fue desarrollado por Leibniz pero en una secuencia lógica con las proposiciones de Aristóteles-
El principio de razón suficiente, que a mí me parece la síntesis de todas las afirmaciones de la lógica de Aristóteles, porque se basa en los principios de identidad, no contradicción, y tercero excluido con el fin de justificar la “razón de ser” que hace que las cosas sean lo que son.
Es decir, la conformidad del juicio que la enuncia con la legalidad otorgada por la razón que la define. A saber: Juicio: “El maldito gato mató el pez”.  Y legalidad de la razón:” La razón de ser de los gatos es causar la muerte de los peces”,como consecuencia, matar el gato que mato el pez es la acción justificada por los juicios precedentes.
Explicarlo de este modo parece enredado, pero en realidad es fácil. El principio de razón suficiente se constituye en la primera afirmación, el primer juicio desde dónde lo demás deviene lógicamente porque esta “dentro de este maldito gato”. El gato es la causa que explica todo lo demás, es decir el gato es sujeto y maldito su predicado, pero ambos son semejantes en la afirmación dada (principio de identidad) por aquello de que lo que se predica de un sujeto es idéntico y está implicado en el sujeto. Ergo, diría Aristóteles, la enunciación (el juicio) es la razón de ser de las cosas y de ella surgen sus implicaciones lógicas.Causas y consecuencias.
En este caso, la aplicación del efecto gato surge de un sentimiento de compasión que termina matando a lo que se considera provoca el sufrimiento, y que bien podría aplicarse a muchas situaciones de la vida personal y o social ...
¿Cuántos malditos gatos tenemos implicados con el pez de nuestra emoción, nuestra defensa, nuestros ideales y objeto de banderas, en donde el pez es un consecuente del maldito gato.
Siendo justamente esta ligazón lógica la que obstruye el ejercicio de la suprema compasión desapegada de la lógica de causa y efecto, la compasión sin razón suficiente que los condene, en que los gatos y los peces puedan ser considerados por igual en virtud de su mismidad/. VM.