sábado, 13 de octubre de 2012

LA RATA Y EL MUERCIELAGO


La Rata ve descender un murciélago y exclama !Oh Dios!, un ángel...

Miren este “chiste”… Tiene  una candidez hermosa, la misma candidez con la que proyectamos nuestras íntimas expectativas, los miedos y esa  gran necesidad de creer en lo que creemos De un modo en que se vuelva cósmicamente significativo.
¡OH! Dios, un ángel,- dice la rata- que se eleva en adoración de un semejante advenido en sagrado. Ese Otro, cuya expectativa y admiración le pone alas a su imaginación. 
La rata ve un ángel, ¿pero qué percibe el murciélago cuando viene hacia ella?
…Cuando dos universos tocan la frontera en común proyectan el universo de a Dos; el que mira y el que es mirado, O si se quiere la relación entre dos; los equívocos, el miedo al rechazo, la esperanza, la amenaza, el endiosamiento, y la identificación que surgen de aquel choque, la colisión de interpretaciones  distintas.    
Es interesante que el chiste sólo hace “hablar” a la rata mientras que el murciélago permanece en el misterio: porque el Otro que llega siempre es un misterio, el agujero oscuro en donde caben los infinitos seres de la mente, la trama de los soles, las galaxias, y la posibilidad purísima  de todas las cosas. Y es este encuentro el que realiza la inmensidad del sentido en el que lo advenido se torna real.
... Quiero decir, lo advenido es un ser cuyo significante vacío ha recibido el agua de todas las vertientes que lo convierten en océano.  Hablo de una corriente de cosas que suceden sin un propósito y sumidas en la inconsciencia,  hasta que el sentido las detiene en una exclamación, una observación admirativa ¡Mi Dios, un ángel! Que al instante torna en aquello que es evocado como deseo hecho realidad..
 Y sin embargo el ángel  es nadie, y el que evoca también es nadie pues ambos son al mismo tiempo aquello que adviene: el suceso de la manifestación en curso. …Porque cualquiera sea el Quién- (murciélago o rata)- son parte del suceso que es, Y sólo queda un “Qué”, provocando la perplejidad y la exclamación de lo que acontece, sin creador ni criatura: La divinidad sucediendo. //

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